agosto 22, 2006

Mi Imagen de Escritora

Ésta es la primera entrada. Yo sé que tengo otra blog en otro "lugar"; pero necesito una para practicar mi redacción en español. Sí, me da vergüenza escribir mejor en inglés que en mi lengua materna. Así que considerando mi desilusión en la materia de Comunicación Escrita y en vista de los ejercicios de composición que tengo que hacer, decidí iniciar este blog como espacio de ejercicio y expresión.

Ejercicio 1. ¿Qué imagen tengo de mí como escritora?

Me gusta escribir. Me gusta poder ser yo misma mediante la expresión de mis ideas. Me gusta porque inmortaliza cosas que de otra manera son efímeras. Porque así, un elefante rosa no sólo existe en mi mente sino que cobra vida a través de los ojos del lector y puede permanecer en su mente. En efecto, considero que la escritura le da cierto poder a su creador.

Lo que no me gusta de escribir es que a veces no quiero soltar las ideas. Soy egoísta y quiero que sean sólo para mí. A veces succionan mi alma y siento que al escribir lo único que queda es un vacío, siento que dejo un pedazo de mí.

Es por esto que a veces me da pereza escribir. De cualquier modo, puedo decir que escribo diario, ya sea para tareas o por gusto personal. Usualmente escribo ideas o reflexiones acerca de alguna clase o lectura. Esos textos son desorganizados, son como huracanes que arrastran árboles, personas y cualquier cosa que se interponga en su camino. Cuando encuentro un valor musical (o al menos auditivo en ellos), los desarrollo, los ordeno, reconstruyo los caminos que destruyeron, doy auxilio a los damnificados. ¿Describirlos con un adjetivo? Chanfles...

Escribo con cualquier estado de ánimo y cada estado crea un escrito distinto. Algunos quedan mejor con tristeza, otros con insomnio, otros con felicidad, otros con frialdad intelectual. En general, necesitan al menos una revisión para arrancar una sonrisa de satisfacción de mi boca perforada. Pocos son los que me hacen sonreír hasta con la mirada. Sí, me enamoro de unos cuantos textos.

Pero cómo no enamorarme si hacen sangrar mis dedos. Es cierto que los métodos anticuados son más románticos. Para mí también son más cómodos para corregir, rayar, enemendar. La computadora es la edición final. También es una herramienta útil para buscar sinónimos y documentarse. Aunque no hay nada como sentir la inspiración salir por las yemas de los dedos y tener una libreta y pluma a la mano (el lápiz mancha demasiado).

Como cualquier relación entre enamorados (mejor dicho, posibles o futuros enamorados), es necesario sentir chispas con el prospecto. No todos mis escritos producen fuego, algunos ni a humo llegan. Con algunos, siento emoción y orgullo; con muchos otros sólo siento alivio al dejarlos ir.

Finalmente, mi único deseo es que alguien haya afuera lea mis pensamientos y sienta un dolor en el corazón y un respiro del alma. Así como yo siento cuando leo alguna obra clásica o una memorable. Que conserven mis palabras en su mente y les den vida eterna.



PD. Por razones de tiempo no releo este ejercicio. Disculpen cualquier falta de ortografía o falla en la redacción.